Democracia Participativa en Michoacán

En días recientes un grupo de ciudadan@s hemos re-emprendido en Michoacán una epopeya quijotesca por lograr abrir mas espacios a la democracia participativa en el estado y, por qué no, en el país. Es un esfuerzo que tiene, por lo menos, dos años tomando forma, cuando algunos de nosotros (incluidos varios de quienes ahora dan vida a esta nueva publicación) confluimos en un espacio abierto de reflexión y acción que dimos por llamar Propuesta Ciudadana, y que venía a sumar su voz a la de muchas otras personas y organizaciones que pensamos que la ruta de la cultura política democrática es la única que, al final de cuentas, va a hacer posible que algo parecido a la democracia algún día se establezca efectivamente entre nosotros.

Ahora este esfuerzo ha comenzado a trascender y ha logrado sumar el apoyo de instituciones académicas del prestigio y potencia de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, el Colegio de Michoacán, la Universidad de la Ciénega y, más recientemente, de la Universidad de Zamora, así como del Gobierno del Estado por medio de su Secretaría de Gobierno. Es un esquema de sinergia que, llevado con el respeto y autonomía necesarios, puede dar muy buenos resultados y sumar a más y más instituciones y organizaciones que hagan posible la realización de la idea y propuestas que ahora se comparten.

La idea

Si el propio concepto de democracia es uno sujeto a muchas interpretaciones y definiciones, el de democracia participativa lo es aún más. Puede decirse incluso que en torno a este concepto hay más confusión que claridad. Por eso y para acabar pronto podemos señalar que en nuestra iniciativa la idea de democracia participativa refiere a un conjunto de cambios institucionales (legales y administrativos) y procesos de formación ciudadana que permitan que el ejercicio de la función pública de los poderes del Estado (principalmente del Ejecutivo y el Legislativo) se realicen con cada vez más espacios de participación de la sociedad, mediante diversos mecanismos de lo que suele llamarse la democracia directa, tanto en la elaboración de políticas públicas (acciones de gobierno y procesos legislativos) como en su evaluación y, por tanto, en el control y rendición de cuentas de las autoridades electas con nuestro voto. La idea es promover y expandir, aún en medio de tanta apatía y desconfianza, la participación de la gente en los asuntos públicos y de gobierno, que parece ser algo tiene que ver con el concepto de democracia, como quiera que se le defina. Así de simple.

Y lo anterior en nada contradice, ni cuestiona, ni ataca a nuestro régimen constitucional y a nuestra democracia representativa. Por el contrario, lo que busca es que los representantes tomen las decisiones para las que están envestidos de poder suficiente y bastante tomando en cuenta cada vez más la opinión y participación de la gente a quienes, precisamente, esas decisiones van dirigidas. Así de simple.

Más aún, el que esto escribe está convencido de que en México contamos con una democracia constitucional que, lejos de ser cuestionada, requiere –como tantas otras cosas- llevarse del papel a la realidad, e incluso ha dejado constancia escrita de dicha convicción (*). De lo que se trata en realidad (y será objeto de otros textos bloggeros) es de adoptar y llevar a la práctica una ideología de Constitucionalismo Democrático y Radical que haga del Artículo 39 Constitucional Mexicano su bandera principal (sin dejar de lado, por supuesto, el hiperdemocrático Artículo 3º). Tanto en el concepto de que la soberanía reside original y esencialmente en el pueblo, como en la convicción de que todo poder público se instituye en su beneficio, teniendo en todo momento el poder de cambiar su forma de gobierno, como lo ha venido haciendo en, por lo menos, los últimos cuarenta años…

La propuesta

Consecuentemente, el renovado y aún incipiente movimiento ciudadano por la democracia participativa y su Comité Promotor en Michoacán se han planteado para esta año unos cuantos objetivos mínimos, entre ellos: 1) impulsar la promulgación o reformas legales que hagan posible el ejercicio de formas de democracia directa como el plebiscito, el referéndum y la iniciativa popular que ya consigna el régimen constitucional michoacano, donde también se cuenta con previsiones de la revocación del mandato en el ámbito municipal; 2) propiciar que el Gobierno del Estado adopte más y mejores medidas que permitan la participación ciudadana en la formulación, vigilancia y evaluación de las políticas públicas, como por ejemplo los presupuestos participativos en la formulación del presupuesto estatal para el 2010; 3) abrir cauces para que las instituciones de investigación y educación superior participen sistemática y más activamente en los procesos de toma de decisiones de gobierno y legislativas en el Estado, y; 3) generar sinergias sociales e institucionales para el fomento efectivo y decidido de la cultura política democrática en Michoacán, sumando a todas las personas y organizaciones interesadas en una red informal de acción que le otorgue contenidos y acciones específicas que le den consistencia a todos los demás objetivos. Así de simple y así de quijotesco. ¿Cómo ven? ¿le entran?

(*) Al respecto puede verse: ALANIS FIGUEROA, María del Carmen y GONZÁLEZ MARTÍNEZ, Carlos “Democracia Constitucional Mexicana” en Los Derechos del Pueblo Mexicano, LIX Legislatura del Congreso de la Unión y Ed. Porrúa. Tomo XXV “Estudios Doctrinarios” Pp. 679-721. México, agosto del 2006.