domingo, enero 18, 2009

Barack no es Obama

Barack no es Obama. Barack es un ser humano, un político norteamericano exitoso que tiene la enorme responsabilidad de cumplir a las enormes expectativas que él mismo ha alentado, y que el establishment estadounidense ha permitido en un ejercicio ejemplar de homeostasis política. Pero si Barack es una persona realmente existente, Obama es una esperanza por cumplirse. Por eso Barack no es Obama.

Esta semana tomará posesión el primer presidente negro en los Estados Unidos de América. Su simbólica unción se dará en medio de la crisis económica más severa desde la recesión de los años treinta del siglo pasado. También ocurrirá en medio del descrédito político más intenso que presidente alguno hubiera logrado en los territorios de nuestros vecinos del norte hasta que apareció en escena el infumable George W Bush. La llegada de Barack Obama a la presidencia de los Estados Unidos ocurre, por tanto, cargada de un peso simbólico que en mucho rebasa, gracias el impresionante marketing político desplegado, sus circunstancias y posibilidades reales.

Sin duda Barack podrá hacer mucho de lo que se ha empeñado en transmitirnos. Es un joven político con suficiente empaque y apoyos, que no poco le harán falta. Pero, en cambio, Obama es muy difícil que se materialice tal y como se empeña en aparecer en el imaginario político latinoamericano.

Obama no va a transformar el sistema económico, ideológico y político del que forma parte. En cambio, Barack podrá administrarlo mejor que sus antecesores. Ojalá en algo ayude a una mejor relación con nuestros países. Ya veremos. Por ahora bien valdría atemperar las euforias que asoman y reconocer que Barack no es Obama, sino un nuevo presidente de la potencia hegemónica de un sistema fundado en el desarrollo desigualdad de las sociedades nacionales.

1 comentario:

elizabeth ross dijo...

l think you are totally right!