sábado, enero 24, 2009

El Hipercoprolitocefálico (dormingo)


Suele tenerse por cierto que la cabeza sirve a los humanos para pensar y que pensar nos es útil para evitar o resolver problemas, pero no siempre parece ser así. Hay quién, en realidad y aún ostentado el dominio de sus facultades mentales, parece no pensar o no pensar con la cabeza y que cuando piensa, solo logra generar o complicar los problemas en vez de evitarlos o resolverlos. En el cenit y pináculo de este prototípico y singular espécimen se encuentra a quien se puede denominar como “Hipercoprolitocefálico”, dicho con el debido respeto y bajo la autorizada definición primaria que hace ya alguna década propusiera el reconocido científico social, Roberto de Constantino y Toto.

Y no es ésta una definición que mofa ni discriminación alguna haga de la apariencia física de las personas dada la condición de su cabeza, pues sería este mismo aprendiz de brujo uno de los primeros dañados, debido al preeminente tamaño y la redondez explícita de la suya. Se trata de una definición que, en cambio, busca entender y comprender la extraña conducta de aquellos seres humanos que cuando dicen pensar parecen demostrar que no lo hacen o convocan a preferir que no lo hagan.

En nuestra interacción social todos nos hemos encontrado con aquellas personitas que, resueltas a evitar o resolver algún mal previsible o manifiesto, logran convertirlo en una verdadera tragedia. Son aquellos seres humanos que, ante el desastre evidente de su conducta, suelen enarbolar la muy conocida frase de intención vanamente justificativa de que “es que yo pensé…” Y como, efectivamente, pensaron, entonces todo enredaron.

Toda una muy grande graduación hay de prototipos y conductas de estas personitas, pero por ahora ocuparnos es el caso de solo advertir la existencia de su máximo y más claro ejemplar: el HiperCoproLitoCefálico, cuya descripción encontramos en la definición de sus raíces etimológicas.

Al efecto conviene tener presente que Hiper significa grandeza o exceso; Copro refiere a la caca o excremento humano; Lito significa piedra, y; Encefálico refiere a lo perteneciente o relativo al encéfalo que, se supone, siempre reside en la cabeza y debe servir para pensar. De esta forma, nuestro entrañable personaje puede ser cariñosa pero enfáticamente llamado como el Gran Cabeza de Caca Petrificada, en alusión no a su simpática naturaleza sino a lo extraño de su conducta y lo pernicioso de sus consecuencias. Al disfrute de su existencia podemos ofrendar buena parte de los pequeños y grandes desastres de nuestro proceder libérrimo. Y a su respetuoso reconocimiento y homenaje sacrificamos este dormingo con ninguna otra intensión que no sea la de hacer reír y pensar, que no es lo mismo pero es igual.

(Dormingo publicado en la versión impresa de Cambio de Michoacán del 25 de enero del 2009)

No hay comentarios: