domingo, noviembre 16, 2008

Reflexiones para reformadores electorales

Concluido el XX Congreso Nacional de Estudios Electorales (realizado en Morelia la semana pasada en convocatoria de la Sociedad Mexicana de Estudios Electorales y con la anfitrionía de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo), recupero al vuelo algunas de las recomendaciones que -en los pasillos y en conversaciones informales- los especialistas allí reunidos coincidían en señalar como quizá oportunas para ser tomadas en cuenta por quienes, comandados por sus respectivos legisladores, participan en la definición de las actuales reformas electorales mexicanas.

Van simplemente enumeradas y atenidas a mi memoria (mala) de caballero (que nunca recuerda nada...):

1) Procurar que las reformas electorales estatales ciertamente adecuen en los ordenamientos legales estatales las disposiciones de la reforma electoral federal del 2007-2008 (particularmente, aunque no solo las indicadas en el nuevo Artículo 116 Constitucional), pero que al mismo tiempo abran el abanico a todos aquellos contenidos que las distintas y muy particulares dinámicas demanden. Es decir: adecuar, pero también reformar.

2) No descartar cualquier tema ni alcance factible, pero guiarse con un sentido de pertinencia y prudencia institucional.

3) Lo más importante, o uno de los aspectos más importantes, es cuidar, respetar, consolidar y aún fortalecer la solidez, autonomía, eficacia y confianza de las autoridades electorales.

4) No olvidar que, en el fondo, toda reforma electoral democrática busca ampliar los cauces de la participación ciudadana y la legitimidad de los poderes públicos.

5) Cuidar los tiempos de la definición de la reforma y su aplicabilidad. Intentar no dejar para el final de los respectivos plazos constitucionales el debate público y parlamentario de la reforma y procurar que la autoridad responsable cuente con el tiempo y recursos institucionales (financieros y legales) suficientes para su preparación y ejecución.

6) Estimar los costos que puedan implicar las nuevas disposiciones y, en su caso, tomar las previsiones presupuestales correspondientes.

7) Experimentar en cabeza ajena: contar con una perspectiva comparada que permita dilucidar las mejores opciones y aprender de las experiencias exitosas... y, sobre todo, de las que no lo han sido tanto.

8) Y, obviamente, tomar en cuenta la opinión de las autoridades electorales y acudir a los expertos y estudiosos en búsqueda de consejo y asesoría.

Cómo la ven?

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