lunes, noviembre 10, 2008

Admiración y deseo (post-dormingo)


Mucha razón tiene, como siempre, mi admirada Rubí de María: también es fuerza perenne del amor en todas sus edades la admiración del varón por la dama y el deseo de la dama por el varón. De hecho, algo así quiso decir este bloggero dormingero cuando escribió "La admiración y el deseo mutuo, cierto"... aunque quizá demasiado anclado se quedó en su reconocimiento empírico de que "nuestra historia y nuestra cultura realmente existente determinan que se trata, esencialmente, de la admiración que la mujer siente por el hombre y el deseo que éste siente por aquella". Es lo bueno de tener amigas y más aún si éstas son, como es Rubí de María, filosas filósofas.

Gracias a su oportuno mail debo matizarme y corregirme: es la admiración y el deseo recíproco cimiente sólida del encuentro fecundo de dos seres que se respetan dotados de autonomía y otredad amigable... y fuente fértil de sexo alegre que, como dice este blog, da origen al amor químicamente puro entre dos existencias plenas.

Encantador es la admiración del hombre por la mujer, decantador el deseo de la mujer por el hombre. Él dispuesto a explicarse por su admiración por ella. Ella dispuesta a explicarse por su deseo por él. Pocas cosas tan sublimes como la admiración excelsa por una mujer total. Pocas cosas tan absolutas como el deseo de una fémina por explorar y explicar la naturaleza humana en su cadencia universal; como el big ban.

Pero más aún: reconocer la potencia de la admiración masculina y el deseo femenino será la única ruta, si la ejercemos de verdad, para superar nuestras taras y condicionantes cultural e históricamente determinadas. Yo lo que propongo es que nos citemos para descorchar un buen tinto y discutir sobre el asunto. A la salud y con la presencia propiciatora de Rubí de María. Cómo ven? Se les ocurre algún buen día y algún buen lugar moreliano? A mi, sí.

1 comentario:

Juan García Tapia dijo...

Mira que visito hoy tu blog y me estoy enterando de que eres ganador de un premio de ensayo sobre una de las varias materias que diestramente manejas, lo cual descarta este hecho como una sorpresa, pero no deja de estimular una franca felicitación.
Bien que te hayas asentado en Morelia, necesitamos este tipo de gente.
Chao.
Juan García Tapia.