martes, agosto 09, 2011

Mezcal

Savia de lumbre. Sangre de la planta mágica que prende la conciencia de la tierra hecha fuego en perlas diáfanas y coléricas. Fluido metafísico que se encarna por debajo de la corteza cerebral, por alrededor de las arterias del corazón, por encima de esos cinco sentidos con los que te conectas con la materia desde donde se libera el espíritu. Savia sabia, hazme luz y canto como tu.

Savia de lumbre que surcas, fermentas, fecundas la conciencia que enalteces justo hasta el punto, el recinto, el hoyo negro donde los deseos se vuelven ansias, donde todas las sensaciones son sentimientos, donde todas las visiones son misiones.

Enigma de la creación, los dioses te destilaron en nuestra cultura, gota a gota caliente, como seña de identidad, como para horadar esta piedra de los sacrificios en que me tienes crucificado y al fin libre, iracundo y por fin feliz, borracho y al final loco.

Frenético frenesí que, sin detenerse en las entrañas del hígado y sus moderaciones y revolcándose por dentro de una puntiaguda espina dorsal, va a dar justo a la base reptil del cráneo sólo para recordarnos que tenemos un origen y un destino. Origen y destino del genio y su figura que se hacen diferentes a cada sorbo, a cada trago propiciatorio, a cada desfiguro genial.

Tradición centenaria que se vuelve devoción contemporánea, están en tus virtudes todos nuestros vicios: la consagración de todas estas primaveras que se nos han comenzado a florear por dentro, mientras el otoño se asoma por la ventana en que, en un verano, se nos escapó el invierno.

Oh, bestial y civilizatorio mezcal: ¡tócame con tu tacto de fuego!. Con la sabia savia con que te ví deslizarte por encima de aquellos labios tremendos de mujer tremenda, por dentro de aquellas caderas enormes de la pequeña mujer que sólo tu y yo sabemos cómo se llama; cómo me inflama como llama cuando la llamas. Deja que sepa a que sabe. Deja que sepa, que escuche y vea si también su roce carnal huele a maguey quemado como tu.

(Dormingo publicado en la versión impresa de Cambio de Michoacán del 27 de marzo del 2011. La imagen es el logotipo de la Logia de los Mezcólatras, de la que el autor es orgulloso integrante)

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