Regresar al camino (Alegoria del Número 20)

A Sandra,
en incólume despedida

Regresar al camino, a este terreno abierto y sembrado de cielos. Regresar al camino, a este recinto inconcluso en el que moran todos los instintos, toda la sabiduría. Regresar al camino, y caminar.

Regresar, regresar, regresar. Eternamente regresar. Regresar a mí: ligero, vacío en plenitud, otra vez. Regresar a mí, solo sin soledad. Desprovisto de ella, entregado a ti: ser impersonal que habitas todo, como un sueño en espiral. Regresar al camino, otra vez, pero mejor: regresar a mí, hecho semilla otoñal.

Regresar al camino, ir por el sendero y en la vereda observar solícito la brecha de las plantitas muertas. Enterrar al alcatraz para que le nazcan alas al surco. “Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido”.

Regresar al camino, cruzar la extralimitación corpórea de aquellas blancas colinas en actitud de entrega que tanto se parecen al mundo… y a ti. “Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos”.

Regresar al camino, y volver a transgredir con su pecho y con mis alas. Volar como flecha sin arco, ni cupido. “Yo la quise, y a veces ella también me quiso”.

Regresar al camino y liberar las piedras. Como si fueran ésas: mis sonrisas que veo alejarse. Regresar al camino y buscar las huellas y sus improntas, como si fueran ésas: mis sonrisas que veo germinarse. “Y el verso cae al alma como al pasto el rocío”.

Regresar al camino, solo. Solo, porque ella se salvó. Regresar el camino y cantarle una canción no desesperada. “Aunque éste sea el último dolor que ella me causa, y éstos sean los últimos versos que yo le escriba”.

Regresar al camino, y caminar.

(Dormingo publicado en la versión impresa de Cambio de Michoacán del 6 de marzo del 2011. La viñeta es de la Grande Ana Lucía Solís, Colibrí)