El Lado Oscuro sí existe: es feo, frío y siempre está de mal humor. Tiene cara de resentimiento, rostro de destrucción y perfil de venganza. Es envidioso, estridente y neurótico. Aunque se da cuenta perfectamente de su propia irracionalidad, es irreflexivo y socava su propia existencia. Está en tinieblas.El Lado Oscuro es un hoyo negro. Si te acercas demasiado, te chupa las entrañas y te deja vacío. Su fuerza de gravedad es grave. Por eso más nos vale alejarnos de él, no asomarnos más que por asomo.
El Lado Oscuro es una pendiente pendenciera, por eso es tan fácil deslizarse por ella. Su inclinación es fácil para quien se inclina por lo fácil: siempre es más fácil destruir que construir.
El Lado Oscuro es la tiniebla del alma, el nubarrón del espíritu, la tormenta del temperamento. La vida está mejor del otro lado. Allí está la luz y su calor diáfano. Allí estás tu.
En medio están los grises del fango. Un camino pantanoso que te atrapa y enloda. Pero vale la pena cruzarlo. Del otro lado estas tu.
(Dormingo para ser publicado en la versión impresa de Cambio de Michoacán del 6 de febrero del 2011)
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