martes, enero 18, 2011

Signos corpóreo vitales

Ahora que inicia el año, muchos de nosotros incluimos en nuestros propósitos el de procurar salud y ejercicio. Parece sano y resulta políticamente correcto. Ojalá lo logremos.

Algunos pensamos que incluso bien nos vendría iniciar con un exhaustivo chequeo médico que indique carencias y excesos, para corregirlos. Eso también resulta sano y políticamente correcto. Ojalá también lo podamos hacer y nos quede algo del aguinaldo para sufragar los gastos que implica.

Lo que no sé que tan sano y políticamente correcto resulte es compartir aquí y ahora con ustedes los que considero son los tres parámetros fundamentales para un auto diagnóstico básico.

Llamo a estos parámetros como los "signos corpóreos vitales" (SCV) y son: orinar, defecar y orgasmear (creo que "orgasmo" no es un verbo, pero por salud pública y privada bien nos vendría adoptarlo como tal: yo orgasmeo, tu orgasmeas, el/ella orgasmea, nosotros orgasmeamos, ellos/ustedes orgasmean, vosotros orgasmeis... seriamos mas felices, literalmente).

Estos tres parámetros constituyen lo que propongo reconocer como los signos vitales del cuerpo humano (ambos sexos, obviamente) por que indican con claridad si lo que llevamos en las entrañas está funcionando correctamente o no.

La idea básica parte de asumir que nuestro cuerpo no es más (pero tampoco menos) que el alojamiento material del alma y que la combinación de estas dos condiciones del ser humano es la que da origen a su síntesis metafísica: el espíritu.

Siendo el cuerpo el alojamiento material de algo tan delicado como el alma y tan complejo como el espíritu, requiere de un también delicado y complejo sistema de funcionamiento que básicamente trabaja recibiendo, procesando, expresando y desechando cosas. Cosas que pueden ser tan materiales como alimentos sólidos y líquidos o tan inmateriales como emociones... gratas e ingratas.

Así las cosas, un cuerpo humano que funciona bien orinará, defecará y orgasmeará bien. Su alma y su espíritu estarán bien y su alojamiento material así lo indicará.

Si, por el contrario, alguien orina, defeca u orgasmea mal; su alma y su espíritu estarán alojadas en un recinto material (cuerpo) que funcione mal porque mal estarán.

Perdón que en un mismo costal ponga cosas tan aparente diferentes, pero es que en realidad no lo son. Al menos no de esta perpectiva impuramente clínica.

Mi abuela decía que "enfermo que come y mea, el diablo que se lo crea". Ahora podríamos con ella decir: "enfermo que come y mea, defeca y orgasmea, el diablo que se lo crea.!" De tal alcance mítico puede ser la medición de nuestros SCV, asunto en el que me permito proponer todos comencemos a proceder.

(Dormingo publicado en la versión impresa de Cambio de Michoacán el 16 de enero del 2011. La viñeta es de la maravillosa Ana Lucía Solís, Colibrí)

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