jueves, febrero 05, 2009

Sexo (dormingo)


Vía láctea estelar por el que, enloquecido, redimido, feliz y delicado, transita el aflujo del amor vivo y viviente. Constelación de intensas estrellas diáfanas y sonoras como definitivas sensaciones luminarias de un universo digital, accesible y conquistable. Lenguaje e idioma de los cuerpos que se comunican, que se dedican lo mejor de la vida, que se ofrendan recibiéndose, que se hacen el amor.

Vasos comunicantes de un sistema de riego que se vierte como cascada incandescente, total y toral. Que se siente mientras se hace sentir, mientras logra hacer sentir. Sentimiento y sensación: el cuerpo y el espíritu, el cuerpo en el espíritu, el espíritu en el cuerpo, en el tuyo, en el mío, en el de ambos, en el de cada uno, en el del otro, en el nuestro. Tus ojos descansando en mi mirada, mi piel pegada a tu tacto, tu elocuencia rítmica radicando en mis oídos, mi esencia en tu gusto, tu recuerdo diáfano en mi olfato.

Sonrisas que tocan, que conmueven; miradas que cantan, que mueven. Sabores, olores, sonidos, sensaciones como palabras sin letras pero con un idioma claro, comprensible, universal: el calor y la humedad de la vida, del origen de la vida, el principio del todo, el fin de la nada, la elocuencia del infinito hecha mujer, hecho hombre, hecho comunicación en la tierra para los hombres y mujeres de buena voluntad: hecho amor que se hace al andar, como el camino de Machado. Todo pasa y todo queda.

Camino diáfano y cristalino, de ida y vuelta, que sin embargo ronda los precipicios más turbios y sin fondo, con una sola dirección: la nada. La nada en la que se estrella y rompe quien nada ofrece y todo demanda, como cuando el amor no es amor sino algo que no se parece nada al amor que se hace.

Por ello no hay que perder el equilibrio, ni deslizarse al vacío de no entenderse ni siquiera a uno mismo. Pobres de los y las que no lo entiendan ni quieran expresarse. No será en ellos el idioma universal y fértil del sexo alegre que origina el amor químicamente puro. El amor que se hace con esa mirada franca tan tuya, en esa sonrisa puntiaguda, en esos ojos tan rasgados como luna de noche oscura, como cuando estoy en ti, como cuando me recibes a mi. El sexo como expresión comunicativa y corpórea del espíritu, lo mejor de la vida que se hace la vida, del amor que se hace el amor.

(Dormingo publicado en la edición impresa de Cambio de Michoacán del 1o de febrero del 2009)

2 comentarios:

CoRaZoN_ToCaO dijo...

Linda manera de hablar sobre amor,gracias por compartirlo,saludos miles....

Carlos González Martínez dijo...

Me gusta que te haya gustado, me alegra que lo compartas. Me emociona que me leas. Más saludos y un beso.
Carlos