lunes, septiembre 08, 2008

Fortalecer instituciones, reformar al Estado.


A tambor batiente, en el congreso de Michoacán ha venido integrándose una agenda legislativa de significativa importancia. Entre los temas se encuentran: transparencia y acceso a la información pública; reforma electoral; reforma judicial y justicia penal; participación ciudadana; responsabilidades de los servidores públicos, y; servicio civil de carrera.

Si la vemos de cerca, la actual agenda legislativa michoacana conforma (o puede conformar) un verdadero proceso de reforma del estado que permita un significativo avance de la democracia local. Todos son temas aparentemente inconexos que en realidad guardan una íntima relación, pues todos se refieren a cambios profundos en las instituciones de gobierno y se distinguen (o pueden llegar a hacerlo) por soportarse en dos pilares fundamentales: la revisión y modificación de las instituciones para hacerlas más eficientes y su apertura normativa para acercar más su desempeño a l@s ciudadan@s.

¿Qué tienen en común el garantizar la aplicación de sanciones a quienes no garanticen el acceso a la información pública, el mejorar los mecanismos del voto en el extranjero, el establecer los juicios orales, los procedimientos plebiscitarios, la mejor obligación de los servidores públicos a rendir cuentas o a sujetarse a un servicio civil que obligue a concursos públicos para ocupar una plaza y al mismo tiempo evite el remplazo de funcionarios capaces por criterios políticos y no con base en la evaluación de su desempeño? Pues precisamente tienen en común que hacen más eficiente, en tanto más óptimo y transparente, el ejercicio de la función pública y la administración de sus recursos, abriéndola y acercándola a la sociedad. Eso se llama transformar las instituciones y transformar las instituciones de gobierno se llama reforma del Estado. Y si además esa reforma del Estado se basa en una ampliación y profundización de los derechos y obligaciones de la ciudadanía, entonces estamos ante una reforma democrática del Estado.

Creo que allí está una gran oportunidad que no deberíamos dejar pasar ahora que el Gobierno y el Congreso están por encaminarse hacia el primero de sus cuatro años de función concurrente.

Consideradas de esta forma, estamos ante reformas trascendentes de y en los poderes ejecutivo y judicial, así como de los espacios de democracia participativa de y en nuestro sistema de representación. A ellos bien podrían agregarse otras referidas, por ejemplo, al régimen municipal estatal y al régimen interior de gobierno del Congreso. Con todo ello y en una visión holística podríamos hablar de una verdadera reforma democrática del Estado en Michoacán que se soporte sobre el fortalecimientos de las instituciones con una visión ciudadana.

¿Cómo ven?

3 comentarios:

LaClau dijo...

Carlisimos!!!!
Hola, qué bueno que estás en la blogósfera. Pues he puesto una entrada sobre ti (y tu blog) en mis cafeteado rincón. A ver qué te parece...
Un beso grande desde chilangolandia, tu expatria.

ALVARO ARCE FERNANDEZ dijo...

Hola estimado camarada.

Perdón por escribir un poco tarde. Comparto tu opinión, en términos de agenda me parece muy bien. Pero ¿que papel jugarán los ciudadanos interesados en emitir alguna opinión en las reformas que tienen que ver con el futuro de la democracia en nuestro Michoacán?

Me parece que, mínimo, tienen que ser consultados desde el inicio de los trabajos para que, en los hechos, sea una reforma en la que los ciudadanos sean protagonistas, actores principales, sujetos de la transformación democrática y no objetos de los trabajos que cuarenta individuos o quizá un poco mas, tengan a bien llevar a cabo en su nombre y formal, pero no real, representación.

Hace ya casi cien años el pueblo mexicano participó masivamente en la tan llevada y traída revolución mexicana, pero no la dirigió, no fue sujeto transformador, solo jugó el papel de dirigido. Se acentuó el paternalismo que convierte al gobierno en el supremo hacedor de todo y surge el presidencialismo y la idea de que todo lo resuelve "El señor presidente" o el gober o el munícipe o quizá un grupo de diputados.

No cabe duda, "la vara está muy alta".

Perdón por la influencia centenaria.

Un abrazo de tu servidor y amigo.

Carlos González Martínez dijo...

Mi querido Álvaro,
En buen plan: me gustaría decirte que el papel de los ciudadan@s debiese ser el principal y protagónico. Tampoco concibo que se legisle en materia de participación ciudadana... ¡sin participación ciudadana!
Pero mucho me temo que ni siquiera es a un contingente numeroso de ciudadan@s a quienes les interesaría ni estarían dispuestos y en condiciones de participar.
Ése es nuestro reto: de quienes estamos desde la ciudadanía intentando que ella mismo -y sin embargo se mueva-
Por eso celebro que los que nos decidamos -como tú, como yo, como tantos otros- nos comuniquemos para al menos expresarnos y proponernos cosas.
Pienso que desde Propuesta Ciudadana cada quién está haciendo lo que puede. Ojalá volvamos a reunirnos y unirnos.
Un abrazo
Carlos